El pasado 14 de marzo, el Gobierno presentó en el Consejo de Ministros el informe elaborado por el Comité de Expertos, designado meses antes, para la reforma del Sistema Fiscal.
A grandes rasgos, podemos anunciar que la reforma se centra en una bajada de los impuestos directos, fundamentalmente el IRPF y el IS, que se deberá compensar con una futura subida de la tributación indirecta, cuando la situación económica permita bajar las cotizaciones sociales y con el establecimiento de nuevos impuestos medioambientales.
Abogan los expertos por la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio y una nueva concepción del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, que debería de tender, necesariamente, a su simplificación. Con esta nueva idea de ISD se pretende acabar con las desigualdades normativas entre Comunidades Autónomas, estableciendo límites máximos y mínimos donde pudiesen moverse las capacidades normativas autonómicas. La simplificación del Impuesto exige, por otro lado, ensanchar la base imponible y reducir los tipos de gravámenes, que en ningún caso deberían superar el 10%, así como suprimir reducciones y bonificaciones.
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Fuente: Joan Cerdá & Associats.